Dña. VICENTA DE MORA-MORTERO Y LOPEZ


   El 26 de Mayo de 1934 fallece en Huerta de Valdecarábanos Doña Vicenta de Mora Mortero y López, confortada con los auxilio espirituales y bendición de Su Santidad, a los ochenta y nueve años; de vida ejemplarmente virtuosa. Era como la madre de todos sus convecinos, querida y respetada por todos en general, ya que en su casa, abierta siempre para todos, atendió solícitamente con su natural cariñosísima y extraordinaria delicadeza a todos en general, socorriendo con largueza a unos moral y a otros materialmente.

   El pueblo entero de Huerta pasa por estos momentos por la amargura y enorme dolor que es de suponer, por tan irreparable pérdida. Descanse en paz.

   Por el año 1908 mandó construir por su cuenta y en unión de su hermano don Acisclo (q.e.p.d.), el capitel de la Iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, en esta villa, y al año siguiente también ayudó a pagar una buena parte de los gastos que ocasionaron con motivo de la construcción de la nueva Iglesia parroquial.

   Seguidamente, y entre ambos hermanos, mandaron construir por su cuenta la nueva ermita, joya artística de un valor incalculable, donada a nuestra patrona la Virgen del Rosario de Pastores, en unión de una valiosísima carroza, armónium, mobiliario, campanas, imágenes, vestiduras, y , por último, una preciosïsima corona en oro macizo y piedras preciosas de muchísimo valor, en cuya ermita yacen los restos de los dos hermanos en un soberbio y valioso sarcófago que adrede hicieron construir junto al altar mayor.”

    Al día siguiente del fallecimiento se verificó el sepelio del cadáver, que constituyó una indescriptible manifestación de duelo, asistiendo el pueblo en masa.

   El duelo estaba formado, a más de por los familiares, por el Ayuntamiento en pleno presidido por el primer Teniente de Alcalde don Nicolás Adán y los Diputados don Dimas de Madariaga y don Félix Avia. También asistió una comisión en representación de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Pastores y otra de la Sociedad “Doña Vicenta de Mora Mortero”. 

    Igualmente acompañaron con velas y escapularios varias señoras y señoritas, cofrades con los estandartes de las varias Hermandades que la finada también pertenecía. Asistió al sepelio la banda de música y una preciosa carroza fúnebre con numerosas coronas que ostentaban expresivas dedicatorias, dándose el caso de no poder utilizar la carroza, porque el pueblo se disputaba por llevar en hombros el féretro hasta la misma ermita, a pesar de estar ésta a casi un kilómetro del pueblo. El clero asistió con cruz alzada y engrosado por ocho padres dominicos, que adrede vinieron de Ocaña. Al entrar el cortejo fúnebre en la ermita, subió al púlpito nuestro dignísimo sacerdote don Rafael Méndez y pronunció unas breves palabras(rogando un momento de silencio y una oración al numeroso público que no cesaba de llorar) reavivando el cariño que la finada sintió por su pueblo y en general a todos sus convecinos. Hizo el elogio de las virtudes que adornaron a la finada, enalteciendo su caridad sin límite, vigilante siempre de las necesidades de sus convecinos, a quienes amaba con amor de madre, por amor de Dios y terminó pidiendo que la tengan siempre presente en sus oraciones.”

    El día 29 se verificaron los funerales por el eterno descanso del alma de la finada, oficiando en la santa misa de réquiem el reverendo rector del convento de Dominicos de Ocaña, acompañado y ayudado por siete padres más de la misma Orden y por el señor cura. Terminado el piadoso acto, nos dirigió la palabra nuestro primer teniente de Alcalde don Nicolás Adán, ensalzando una vez más las cualidades de la difunta y rogando a todos los presentes no olviden jamás los múltiples favores que a todos nos había hecho en vida y que con todo el fervor posible encomendemos su alma a Dios en nuestras oraciones.

   Seguidamente desfilaron el clero y todo el pueblo  por la casa de la finada, en donde se rezó y cantó el último responso y se testimonió una vez más a los familiares de la finada el dolor que la pérdida de tan virtuosa dama ha producido a todos.

   Huerta y junio de 1934.- Calixto García López.