Una obra de arte
en nuestra Ermita
BÓVEDA
Al entrar, nos vemos sobrecogidos por una majestuosa Virgen del Rosario con su Hijo en brazos, que se encuentra representada en el centro de una bóveda construida a cuatro aguas, similar en forma, a las bóvedas de crucería que existen en la nave principal de la Ermita.
Al adentrarnos en la Sacristia, sobre el quicio de la puerta, somos recibidos por el Cordero de Dios "Agnus Dei", y tras él un rebaño de ovejas, que bien pudieran ser el rebaño del Buen Pastor.
- El Santo Rosario, advocación de la Virgen.
- El Orbe, dominio de Cristo sobre el mundo.
- El Lirio, la pureza de la Virgen María.
- La Palma, el martirio de S. Acisclo y S. Vicente.
AVE MARIA, MATER DEI y AGNUS DEI.
Y sobre la puerta el año en que se realiza la obra:
MMXIX.
Y sobre la puerta el año en que se realiza la obra:
Los hijos de Jacob fueron importantes líderes y serían reconocidos como los doce Patriarcas, debido a que ellos fueron los "Fundadores de las Doce Tribus de Dios", origen de la historia de la Salvación, y por tanto, origen de nuestra Fe.
Y dijo Dios: “Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob, sino que tu nombre será Israel”. Génesis 35, 10
En el frente aparece el Escudo de la Hermandad de la Virgen del Rosario de Pastores, enmarcado con una grisalla arquitectónica di sotto in sú (expresión italiana traducible como "desde abajo hacia arriba"), flanqueado al lado izquierdo por San Acisclo y San Vicente, en memoria y gratitud del pueblo de Huerta a sus hijos predilectos D. Acisclo y Dª. Vicenta de Mora-Mortero y López que regalaron la Ermita al pueblo de Huerta, además de la Corona que porta el Ángel que se encuentra sobre los Santos.
Al lado derecho del escudo se encuentra Fray Bernabé García Cezón, Obispo de Manila (Filipinas), hijo de Huerta. Se representa sentado portando el báculo en su Cátedra Episcopal, ataviado con la Casulla bordada en oro a mano que él mismo donó para el culto a la Virgen del Rosario. También regaló el Manto de Gala de la Virgen que es ofrecido por el Ángel que se encuentra sobre él, además de varios ropajes litúrgicos que custodia la Hermandad. Todo haciendo juego con el Manto de gala de la Virgen y el Estandarte, que fueron bordados a mano sobre ricas sedas naturales en hilo de oro y que fue traído desde Manila.
Y en el centro, llena del Espíritu Santo, la Santísima Virgen del Rosario de Pastores ofreciendo a su Hijo junto a sus dos Ángeles. Vestida con túnica roja y manto azul. Su rostro, inspirado en la imagen que se venera en la Ermita, se ha humanizado y se representa sentada en Gloria, en un cielo abierto, con un Santo Rosario en su muñeca derecha, atributo de su advocación.
También aparecen unas viñas a ambos lados, como elemento simbólico (“la viña del Señor”, el vino eucarístico, primer milagro de Jesús, etc) que se dan de forma tradicional en los suelos agrícolas del pueblo, además de los restos del castillo de Huerta, que por su proximidad sitúa la escena muy próxima a la ubicación actual de la Ermita.
Toda la bóveda se encuentra iluminada por proyectores de luz neutra que permiten resaltar los colores de la bóveda.
Se han restaurado algunos muebles y elementos, como el Sagrario que originariamente fue utilizado en el Altar Mayor, o el mobiliario que estaba en mal estado. Y se ha recuperado el frontal antiguo que se utilizaba para vestir el Altar, ricamente bordado en oro, que fue donación de Dª. Vicenta de Mora-Mortero y López, y que de nuevo volverá a lucir en el Altar durante las Misas de la Novena.
El nuevo mobiliario que se ha adquirido es de estilo castellano y en las paredes se pueden admirar, en unas vitrinas realizadas para tal efecto, los distintos Mantos que la Virgen ha portado en algún momento, y que fueron regalados por los fieles y devotos a lo largo de los años. Algunos de estos Mantos formaban parte del vestuario de verano o invierno que la Virgen lucía según la estación.
Toda la bóveda se encuentra iluminada por proyectores de luz neutra que permiten resaltar los colores de la bóveda.
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MOBILIARIO Y ENSERES
Se han restaurado algunos muebles y elementos, como el Sagrario que originariamente fue utilizado en el Altar Mayor, o el mobiliario que estaba en mal estado. Y se ha recuperado el frontal antiguo que se utilizaba para vestir el Altar, ricamente bordado en oro, que fue donación de Dª. Vicenta de Mora-Mortero y López, y que de nuevo volverá a lucir en el Altar durante las Misas de la Novena.
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Dos cuadros de la colección Gesternmaier han sido donados por Leoncio Fernández Vallejo a la Hermandad para ser expuestos permanentemente en la Ermita.
Se trata de dos tablas del s.XVI que representan a los Padres de la Iglesia: San Agustín y San Gregorio, primeros defensores de la virginidad de María, ya en el s.V.
PINTURA SOBRE BÓVEDA SACRISTÍA EN
LA ERMITA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO DE PASTORES
HUERTA DE VALDECARÁBANOS
Se trata de la pintura realizada en la nueva bóveda de
la sacristía, realizada ad hoc para esta pintura.
I.-Preparativos de obra.
En la Sacristía se derribó el antiguo cielo raso de
yeso y se construyó una bóveda bajo estructura metálica, casi
vaída (a cuatro aguas y sin aristas) según el modelo realizado en escayola por
el pintor, intercalando el correspondiente manto aislante.
A continuación, se pintó con pintura acrílica mate de
calidad como capa de imprimación.
II.-Pintura artística.
- Se realizaron varios bocetos en plano, en los que intervino el criterio de los comitentes hasta concluir el definitivo sobre una maqueta a escala realizada por el propio pintor.
- Se realizaron sesiones de posado con modelos caracterizados y en condiciones controladas de luz, ángulo, etc.
- Se dibujaron en el taller cartones de las figuras (dibujos a línea sobre papel a tamaño real).
- Se procedió a la pintura propiamente dicha.
III.- Técnica.
En la bóveda nueva se aplicó
pintura acrílica mate a modo de imprimación. Se eligió la calidad mate por su
estructura microrrugosa en la superficie, lo cual confiere más adherencia a las
capas posteriores, tanto por su textura como por su absorción. El fondo blanco
de la pintura aporta luminosidad.
A continuación, se procedió a la pintura propiamente
dicha, comenzando por una de las esquinas, a modo de luneto, y transportando
sus dimensiones a cada una de las otras, invirtiendo las opuestas, completando
después el friso.
Para las figuras se usaron cartones (dibujos de línea
sobre papel a tamaño definitivo) realizados previamente en el estudio de
acuerdo con las medidas obtenidas, que se traspasaron a su ubicación.
Las
figuras de San Acisclo y San Vicente se pintaron sin cartón, alla prima. El
método de los cartones se vine usando para la pintura mural al menos desde la
Edad Media, generalizándose en el Renacimiento hasta nuestros días.
Se emplearon colores acrílicos para artistas de
primera calidad, sin aditivos (retardante, médium, etc.) disueltos en agua. La
ausencia de aditivos se prefirió porque pueden alterar parcialmente la
superficie pictórica creando antiestéticas desigualdades.
Se aplicaron los siguientes pigmentos:
- Blanco de Titanio
- Negro óxido de hierro
- Ocre amarillo
- Sombra natural
- Sombra tostada
- Rojo de cadmio
- Azul ftalocianina
- Azul ultramar
- Y vestigios de otros pigmentos.
Una pintura artística consta de tres ingredientes
principales: el pigmento, el aglutinante y el disolvente. Los pigmentos son
siempre los mismos, independientemente de la técnica usada y con la lógica
variación de calidades según su origen. El aglutinante que es el elemento
variable según la técnica: aceite en el óleo, goma arábiga en la acuarela,
huevo en el temple y, en este caso, resina acrílica.
Los colores acrílicos, generalizados a partir de los
años cincuenta-sesenta del pasado siglo, han adquirido un lugar importante en
el mundo de las artes. Sus ventajas son su gran estabilidad y resistencia, su
adhesión al soporte, rapidez de secado, etc. Básicamente su mayor ventaja es la
“micro retícula” que forma al secarse. En efecto, las partículas de pigmento
aparecen envueltas en resina en forma de moléculas dispersas y éstas, a su vez,
“envueltas” o mezcladas con agua. Al secarse -perder el agua- las moléculas de
resina acrílica se unen entre sí pasando de ser un monómero (su presentación en
forma fluida) a ser un polímero (ya seca) formando una película continua
enlazada químicamente, es decir, una malla molecular que se refuerza a si
misma, aumentando así notablemente su resistencia en comparación con otros
medios.
Javier Hoyos Arribas
Pintor